jueves, 30 de septiembre de 2010

Un conflicto de un millón de dólares



Una revista científica, de prestigio, publica un estudio sobre las ventajas de un aparato ortopédico. Médicos y pacientes lo leen y confían en los datos de la investigación. ¿Cambiaría en algo que el autor del trabajo hubiera cobrado más de un millón de dólares de la compañía farmacéutica que fabrica el alabado dispositivo? Puede que sí, pero la mayoría de las veces, ni el lector ni la revista se enteran de esta relación.
Un equipo del Instituto de Medicina y Profesión (IMAP) de Nueva York (EEUU) ha analizado cómo informan las publicaciones médicas de los posibles conflictos de intereses de los autores de sus artículos. Y concluye, tras analizar los pagos realizados por cinco compañías ortopédicas (Biomet, DePuy Orthopedics, Smith & Nephew, Stryker y Zimmer), que existe bastante falta de transparencia al respecto, según cuentan en 'Archives of Internal Medicine'.
Estos investigadores analizaron los pagos realizados a médicos durante 2007 por estas firmas, que tenían los datos a disposición pública, y los compararon con lo que declaraban en sus trabajos quienes habían cobrado. En concreto, se centraron en 41 profesionales que se embolsaron más un millón de dólares (unos 760.000 euros) y luego publicaron sus investigaciones.
De estos 41 médicos, 32 firmaron un total de 151 artículos en revistas científicas a lo largo del periodo estudiado (2008-2009), de los cuales 95 sirvieron para el análisis. Menos de la mitad de las publicaciones en las que aparecían los trabajos (el 46%) revelaban una relación financiera entre el autor y el fabricante del aparato ortopédico. Y tan sólo siete de los estudios proporcionaba alguna información referente a la cantidad de dinero recibida por los firmantes, a pesar de que en el 55% de los casos, el tema del estudio estaba directamente relacionado con la compañía que había pagado.
En total, las cinco empresas estudiadas destinaron 248 millones de dólares (unos 190,5 millones de euros) a pagar a los profesionales médicos.
"Este hallazgo es bastante preocupante", reconoce David Rothman, presidente del IMAP, para quien "los artículos publicados constituyen la referencia que sirve de base a otros médicos, comités éticos, guías clínicas y pacientes para evaluar las opciones terapéuticas. Si no existe transparencia a la hora de revelar estos conflictos de intereses, es difícil poder confiar en dichas investigaciones".
Para el equipo del IMAP la culpa de que esta información no llegue al lector la tienen tanto los propios médicos como los editores de las revistas. "Por una parte, las publicaciones no solicitan las relaciones financieras de los investigadores y, cuando lo hacen, no comprueban que sea cierta. Se fían de los médicos. Por la otra, los propios investigadores pueden considerar que el dinero que han recibido de la compañía no es relevante o no ha influido en su trabajo", explica Rothman.
Aunque durante las pasadas dos décadas las revistas médicas han ido instaurando la norma de pedir a los investigadores que desvelen sus relaciones con las farmacéuticas, lo cierto es que esta información casi nunca llega al público. Y, cuando lo hace, da mucho que hablar. Lo sabe de primera mano la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recientemente reveló que cinco de sus asesores durante la gestión de la gripe A habían tenido relación con la industria. A pesar de que lo hizo como muestra de transparencia, casi generó más desconfianza.
Para evitar estas situaciones, la nueva reforma sanitaria del presidente de EEUU, Barack Obama, contempla que para 2013 todas las farmacéuticas y fabricantes de dispositivos médicos informen, por ley, de todos los pagos que hagan a los médicos y que sean superiores a 10 dólares.
Fuente: http://www.elmundo.es/. Autora: Isabel F.Lantigua

Origen de la Luna

Hay, básicamente, tres teorias sobre el origen de la luna:
1.- Era un astro independiente que, al pasar cerca de la Tierra, quedó capturado en órbita.
2.- La Tierra y la Luna nacieron de la misma masa de materia que giraba alrededor del Sol.
3.- La luna surgió de una especie de "hinchazón" de la Tierra que se desprendió por la fuerza centrífuga.

Actualmente se admite una cuarta teoría que es como una mezcla de las otras tres: cuando la Tierra se estaba formando, sufrió un choque con un gran cuerpo del espacio. Parte de la masa salió expulsada y se aglutinó para formar nuestro satélite. Y, aún, una quinta teoría que describe la formación de la Luna a partir de los materiales que los monstruosos volcanes de la época de formación lanzaban a grandes alturas.
Para saber mas visita la pagina www.astronomia.com

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Alimentos tan adictivos como las drogas

Los miembros de Comedores Compulsivos Anónimos saben desde hace tiempo lo que ahora comienzan a ver claro los neurocientíficos y los endocrinos: hay alimentos que no pueden parar de ingerir, aunque saben perfectamente que no les convienen. Quienes pertenecen a esta organización creada hace 50 años no se decantan por las frutas o las verduras. El paladar les reclama, más bien, costillas con salsa barbacoa, hamburguesas o helados. En definitiva, comidas muy ricas en grasas y azúcares.
La revista The Journal of Neuroscience publicará próximamente los resultados de un estudio muy revelador. Un equipo de investigadores estadounidenses encabezado por Eric Stice, del Departamento de Psicología de la Universidad de Texas (Estados Unidos), llevó a cabo un experimento con 26 mujeres obesas o con sobrepeso. Durante un periodo de seis meses se les ofrecieron dos tipos de batidos: sabrosos y calóricos o insípidos y sin calorías.
La técnica de imagen conocida como resonancia magnética funcional mostró que las féminas que ingirieron mayores cantidades de la bebida potente y ganaron más peso eran aquellas cuyos cerebros mostraban una menor activación de la zona asociada a las comidas palatables (gratas al paladar).
Esta aparente paradoja tiene su explicación. "Se trata de un mecanismo muy similar al de las drogas", explica Francisco Pérez Jiménez, jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. "La hipótesis es que el ser humano, cuando come, recibe una compensación, ya que los alimentos le causan placer", expone el endocrinólogo. En este contexto, "las personas a las que el alimento les produce menos satisfacción suelen coger más peso porque tienden a consumir más para conseguir esa gratificación", agrega.
Con todo, los expertos creen que no se puede hablar de adicción en los mismos términos que cuando nos referimos a las drogas. "Hay muchos puntos en común, pero también algunas diferencias", subraya Rafael Maldonado, catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Entre los aspectos semejantes destacan los síntomas, ya que, según este experto en neurofarmacología, "se puede llegar a la pérdida completa del control tanto en la búsqueda de comida basura como de drogas". Estudios con animales muestran que éstos siguen atiborrándose de forma continua incluso cuando se les castiga cada vez que lo hacen con una descarga eléctrica.
Asimismo, los comedores compulsivos pueden sufrir recaídas tras haber logrado moderar su consumo de calorías.
Desde el punto de vista neurológico también hay coincidencias. Las sustancias de abuso y los platos con una alta palatabilidad producen efectos parecidos en el cerebro. Concretamente, actúan sobre neurotransmisores (compuestos que transmiten los impulsos nerviosos) como la dopamina.
Por otra parte, varía el patrón de consumo. Según el farmacólogo, muchas personas toman drogas, pero sólo unas cuantas (en torno a una de cada siete de ellas)se enganchan. El abuso de la comida de alta palatabilidad, a la que todos estamos expuestos, afecta, como mucho, a uno de cada 30 sujetos.