jueves, 2 de junio de 2011

'Es casi imposible que estos microbios lleguen al plato'


El precipitado anuncio de las autoridades de Hamburgo, que culparon en un primer momento a unos pepinos españoles del brote de infecciones por 'E. Coli' en Alemania, dañará previsiblemente al comercio de esta clase de alimentos, pese a que la realidad es que, a día de hoy, se desconoce cuál ha sido el origen de la contaminación.
Los expertos recuerdan que en toda Europa -y, por supuesto, en España- existen controles estrictos para asegurar al consumidor que los alimentos no están contaminados por 'E. coli' ni ninguna otra bacteria que represente un peligro para la salud, como puedan ser la listeria y lasalmonella.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha recomendado ningún tipo de restricción, "ni a los viajes a Alemania ni al comercio con este país". Aun así, muchos temen que la venta de verduras se vea perjudicada, y no sólo en España. "El mercado europeo de hortalizas ha caído. Ahora mismo nadie se va a hacer una ensalada", comenta Alfonso Carrascosa, investigador del Instituto de Fermentaciones Industriales (IFI), adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La Comisión Europea, por su parte, no levantó hasta el miércoles por la tarde la alerta que mantenía sobre los pepinos españoles procedentes de Almería. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria tuvo que mostrar en Europa análisis de productos de la zona libres de toda contaminación.
En todo caso, las pruebas rutinarias que se realizan en España sobre los productos alimentarios deberían bastar para garantizar la seguridad. "Los análisis a los que están obligados todas las empresas que distribuyen alimentos habrían detectado el brote", indica Carrascosa. De hecho, este experto recuerda que "las empresas españolas [acusadas de propagar el brote] han presentado certificados" que avalan el correcto seguimiento de estos controles.

Análisis rutinario

La 'E. coli', una bacteria común que puede estar presente en las aguas, carnes y -más ocasionalmente- en otras clases de alimentos, se analiza rutinariamente en los laboratorios de seguridad alimentaria. Cuando aparece, puede ser un indicador de contaminación fecal, por lo que habitualmente "saltan todas las alarmas", según Carrascosa. "Porque hay probabilidad de que, además de 'E. coli', haya también salmonella".
"Es prácticamente imposible que estos microbios alcancen al consumidor", resume este experto, quien aventura dos hipótesis plausibles sobre cómo podría haberse originado el brote que ha acabado ya con la vida de 16 personas. "O bien ha sido un brote que se ha transmitido desde un mercado o a través de una cadena hotelera".
En cualquier caso, Carrascosa lamenta que la noticia -después desmentida- aparecida en los medios sobre el origen español de la infección "ha hecho un daño tremendo". El error, según argumenta este investigador, fue que las autoridades de Hamburgo detectaron presencia de 'E. coli' en unos pepinos, lo que no debería haber trascendido hasta confirmar que se trataba de la cepa patógena causante del brote.
"Todo lo que está ocurriendo es propio del mundo en que vivimos: todo pasa demasiado deprisa y se confunden hipótesis con informaciones", concluye este experto.

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