Japón, irresponsablemente, ha lanzado miles de toneladas de agua radiactiva al océano. Ahora quiere mantener activo económicamente a un pequeño grupo de personas que ganan dinero con la pesca. Pero haciendo eso aumenta el riesgo de cancer en la población mundial que puede comprar y comer el pescado capturado en aguas japonesas.
Un riesgo.
La vida es riesgo. Desde que nacemos estamos sometidos al riesgo de morir prematuramente: Accidentes, errores médicos, enfermedades se suceden desde el segundo 0 hasta que finalmente sucumbimos.
En la Universidad de Alcalá estamos impartiendo un Master sobre Clima, Energía y Riesgo Ambiental, porque consideramos que es preciso comunicar a las personas las ideas correctas sobre lo que son los riesgos.
Por ejemplo, NO es de recibo que un médico diga: "Considero que se trata de una medida muy conservadora porque no supone ningún peligro para la salud humana". Cualquier médico debe decir: El riesgo es bajo, pero el riesgo existe. Vivimos sometidos a riesgos. Vivir es arriesgado. Pero existiendo el riesgo, podemos tratar de minimizarlo. No es lo mismo pasear una tarde por el Parque del Retiro (en Madrid) o mejor, por la Sierra de Gredos, que dar ese mismo paseo hoy en la ciudad de Misrata en Libia.
El riesgo de atropello o de muerte violenta en el primer caso es pequeño, y muy alto en el segundo.
Vivir una vida de riesgo, sin ganar nada a cambio parece estúpido. Uno puede asomarse a un precipicio si quiere coger una manzana de un árbol cuyas ramas caen sobre él, pero ¿Vale la pena correr el riesgo de caída por una manzana? Uno puede querer correr en una moto a 300 km/h. ¿Vale la pena correr ese riesgo? ¿A cambio de qué?
En estos posts del blog de Cambio Climático he seguido siempre la misma filosofía: Podemos correr riesgos, pero si lo hacemos, deberá ser a cambio de algo valioso.
¿Qué valor podemos dar al atún de Japón como para correr un riesgo adicional, aunque sea pequeño, de cáncer prematuro? ¿Qué valor podemos dar a las centrales eléctricas que funcionan con energía nuclear como para correr riesgos como los de Fukushima y Chernóbil?
¿Qué valor estamos dando a la quema de combustibles fósiles como para correr el riesgo terrible del cambio climático?
Podemos dar valor a los agentes productores de riesgo, pero no podemos rechazar el riesgo. Es este el mensaje que intento llevar a la sociedad desde hace años. Los ‘contrarians’ son aquellas personas que no rechazan la realidad, pero rechazan su riesgo.
Para los ‘contrarians’ la vida humana, el tiempo perdido, la riqueza perdida, carece de valor. Para ellos lo que vale son ideales alejados de la vida, preconcebidos y elevados al rango de dogmas.
Para conseguir el dogma de una Alemania dominante Hitler no solo exterminó a 6 millones de judíos, sino que provocó la muerte de decenas de millones de seres humanos. Por un ideal de una estado comunista, Stalin mato también a millones de personas, y los Castro mantienen en la miseria a los cubanos.
He estado leyendo otra vez la historia de Europa. Por ideales tan estúpidos como las variedades religiosa protestante y católica murieron millones de personas y se dilapidaron fortunas inimaginables. Por conseguir un palmito de suelo cerca del Rhin, Francia se arruinó.
Para solucionar los problemas es necesario salir del corsé de las ideas preconcebidas. Salir de ellas es decir: ‘No necesitamos el atún japonés, los japoneses no necesitan la energía nuclear, no necesitamos quemar combustibles fósiles para vivir bien’.
Entre 1500 y 1600 la población del Mediterráneo había crecido de 30 a 60 millones. Las ideas económicas de esos años no eran capaces de conseguir alimentos para esa población. Se plantearon soluciones técnicas pero ‘… Parecía como si fuese necesaria una revolución mental antes de que los recursos de la naturaleza fueran aprovechados por el hombre….’ (J. H. Elliott,’La Europa dividida’).
En todos los tiempos pasados los problemas han derivado siempre de la resistencia al cambio mental: Del amarre a ideas obsoletas que producen horror y miseria. Ese amarre es genético. Hoy hemos superado (o mas bien, debíamos haber superado) la etapa genética, y debíamos haber entrado definitivamente en una etapa memética o racional.
NO necesitamos correr riesgos inútiles. Podemos organizar nuestras vidas de manera suave e inteligente.
¿Lo hacemos?
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